Barón - Apuntes

Los sentimientos

Apunte debido a Segismundo, siniestro personaje, recluido en las mazmorras del castillo.

Eladio Linacero es el protagonista de El pozo , la primera novela de Juan Carlos Onetti publicada allá por 1939. Cuenta en ella Eladio cosas de su vida, tamizadas todas por el prisma de la decepción que la vida le ha ido tallando. Cuando cuenta su divorcio con Cecilia, dice: "Viejos, cansados, sabiendo menos de la vida a cada día, estábamos fuera de la cuestión. Es siempre la absurda costumbre de dar más importancia a las personas que a los sentimientos. No encuentro otra palabra. Quiero decir: más importancia al instrumento que a la música." Así, ha terminado por no creer en los instrumentos, desprecia todos, y esa repulsión lo ha arrojado al pozo de los sentimientos, lugar donde suenan de verdad las melodías del alma.

Los sentimientos son el alimento del alma, la parte más humana del hombre, y éste puede optar por cultivarlos en su propio huerto o dejarlo lleco y renunciar a crecer. Porque tal como le pasa al cuerpo con sus nutrientes, le pasa al alma con los suyos: unos la ayudan a crecer, otros la envenenan.

Lo mismo que los alimentos del cuerpo pueden ser reducidos a tres o cuatro elementos fundamentales, los del alma tienen también unos pocos que son germinales para todos los demás. Una lista hecha a vuelapluma, y agrupándolos por familias, aun sabiendo que nadie nunca estará completamente conforme con los parentescos, haga la lista quien la haga, me ha llevado a que la raíz primigenia está en el bien avenido matrimonio que forman la Paz, la interior, claro, y el Amor; o en la ausencia de ambos.

De la Paz cuelgan por un lado la serenidad, el sosiego, la seguridad, la confianza, la esperanza, el anhelo, el arrobamiento, el éxtasis...; mientras que el amor es el padre de la alegría, la ternura, la gratitud, la piedad, la compasión, el remordimiento y la pena. Sus ausencias producen, entre otros, odio, rencor, envidia, orgullo, celos, despecho, miedo, angustia, ira, desesperación y tristeza . También los Mandamientos se reducen a dos.

Los buenos sentimientos hacen crecer el alma y la llevan a la acción que, según tantos sesudos pensadores es la salvación del hombre. Así, los hechos no están vacíos, serán, como dice Eladio Linacero, "recipientes que toman la forma del sentimiento que los llena". No hay mentira más repugnante para él que decir la verdad, pero ocultando el alma de los hechos. ¡Un tio, el Eladio!

En el viaje de ida, la nave partió repleta de sentimientos. Eladio coincide con esta apreciación. Del amor, por ejemplo, dice que es "un sentimiento maravilloso y absurdo que, incomprensiblemente, visita a cualquier clase de almas. Pero la gente maravillosa no abunda; y las que lo son, es por poco tiempo, en la primera juventud. Después comienzan a aceptar y se pierden". Luego, durante el viaje, más atentos a los instrumentos que a la música, los sentimientos pierden su pureza y van, como las aguas viciadas de la propia nave, primero a la sentina y de allí al mar. Los instrumentos son a la música lo que los árboles al bosque.

¿Y en el tornaviaje? ¿Figurarán los sentimiento en la lista de valores a cargar a nuestra vuelta de las Islas de las Especies?

Oct 2012