Parásitos - 4 octubre 2020
B —Vengo a felicitarte, alegra esa cara, hombre.
S —Ni cumplo años ni necesito que me felicite un globo lleno de nada.
B —Anda, Segis, que vengo en son de paz. Sólo he bajado a esta inquietante catacumba en la que sin vivir habitas, porque hoy, 4 de octubre, celebramos el Día Mundial de los Animales. Aunque no sé si la familia de los Retrógrados está incluida.
S —¿Acaso se recogen uvas de los espinos? — dijo Jesús— cuidaos de los que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero son lobos rapaces. ¡Vade retro, Satanás!
B —No hay manera de acercarme a ti. Yo sólo quiero que estemos unidos, porque sólo unidos podemos librarnos de la COVID-19 y salir más fuertes.
S —Hablas como Pedro el Hermoso: falso como las serpientes, impostor y mentiroso. ¿Tú vienes a librarme del SARS COV 2?, ¿Tú, que eres el Parásito Mayor del Reino? ¿Tú, que desde que naciste has vivido, y vives, a mi costa?
B —¿Cómo que yo y mi nobleza vivimos a tu costa? Yo soy la luz y la fuerza de este castillo. Sin mí estás kaput, enterrado en estas galerías tenebrosas.
S —¿Tú la luz? Tú no eres más que humo, incapaz de sostener ni un solo naipe de ese castillo que te has fabricado. Aquí, la columna vertebral soy yo, siempre presente, siempre al quite de tus espantadas. Yo soy el fuste, tú una voluta, que además de inútil, forzosamente rima con esa vida tuya... mmm...¡disoluta!.
B —Estás alterado, querido gusano. ¿Ya comes bien? ¿Ya bebes?
S —¿Esa es tu preocupación? ¿Comer y beber? Así va el mundo. ¿No has leído la obra suprema de nuestra literatura
patria? Cuando el mismo Don Quijote recrimina a su escudero : ¡Qué mal lo entiendes!; te hago saber, Sancho,
que es honra de los caballeros andantes no comer en un mes, y ya que coman, sea de aquello que hallaren
más a mano
".
B —¿Y tú, por lo visto, no has llegado al capítulo L, cuando Sancho el Sabio deja bien establecido que si el
hombre no va harto , o bien proveídas las alforjas, allí se podrá quedar, como muchas veces se queda,
hecho carne de momia
?.
S —Mi necesidad no es tanto el comer, como el deshacerme de ti, parásito por antonomasia, que buscas anular mi vida auténtica, trenzada de valores eternos, y sustituirla con la tuya, liviana, banal e irreverente.
B —¡Voto al diablo, mequetrefe! Hasta aquí podíamos llegar. Vengo a ofrecerte una simbiosis amable y productiva y me rechazas de malos modos. ¿Tú que eres un saco de células eucariotas, todas, absolutamente todas, fruto de una simbiosis evolutiva entre procariotas y bacterias? ¿tú vienes con esos humos de pureza original? Estás perdido, gusano cavernario. Yo soy el pájaro que puede librarte de todas las garrapatas que te coges en estas oscuras humedades, y como un ciego me rechazas.
S —Aquí la única garrapata que hay eres tú, Barón de Vacuilandia.
B —Pues anda, sigue trenzando valores, que ya te queda poco, ínfimo deshecho de la evolución.
S —Parásito, sanguijuela.
B —¡Eucariota!
S —¡Garrapata!