Barón - Segismundo
Les van a dar las uvas - 18 febrero 2014

  1. En los últimos treinta años, el relato islámico ha sido puesto en cuestión en el ámbito académico. Al Corán le están aplicando los mismos métodos filológicos, historiográficos y científicos que se han usado para analizar la Biblia y otros textos antiguos. John Wansbrough rompió el fuego en 1977 con Quranic Studies: Sources and Methods of Scriptural Interpretation, y a partir de ahí, se han animado otros varios, aunque se juegan el pellejo.
  2. La cosa, pues, apunta a que el Corán fue compilado en Iraq unos ciento cincuenta años después de la muerte de Mahoma, que se fue con las huríes en 632.
  3. El Corán es el primer libro escrito en árabe. Los árabes no escribían, solo cuidaban camellos y llevaban caravanas con dátiles, especias y todo eso. El mismo Mahoma fue camellero en su juventud, hasta que pegó el braguetazo de su vida con la dueña del negocio, la viuda Jadiya. En tiempos de Mahoma no existía el árabe escrito, no había "batua" todavía y el arameo era la lingua franca, ahora llamada vehicular.
  4. Luxenberg aplica el arameo a los pasajes oscuros del Corán, que tiene montones de ellos. Los pasajes oscuros no los entiende nadie, claro, porque provienen directamente de Alá y Él quiere que no los entendamos. Pero Luxenberg no se resigna a la voluntad de Alá, coge el arameo y dice que el término /hur/ del Corán, que se interpreta como /hurí/, mujer joven, hermosa, de ojos rasgados y complaciente, no es palabra árabe, sino aramea, y significa «blanca» y se refiere a las uvas, no a las mujeres.
  5. Por eso, pasajes del Corán como el 55, 70-74 "En los jardines habrá huríes buenas y hermosas, retiradas en los pabellones, no tocadas todavía por hombre alguno..." o como el 52, 20 "Reclinados en lechos alineados, les daremos por esposas a huríes de grandes ojos..." tienen una más razonable lectura aplicando el arameo, que es en lo que tú sueles jurar cuando me ves, Barón del Turbante Negro-descendiente-de-la-Pata-del-Profeta.