Horizonte gris marengo
Torrevieja, día encapotado de nubes y
tedio.
El cielo tiñe el día de ceniza,
gris compacto, monótono, frustrante,
ensombrecido por la luz plomiza
que irradiara un ocaso agonizante.
El alma se retira asustadiza
bajo la adusta luz amenazante,
y opta por recogerse y mirar dentro
de sí misma, buscando un reencuentro.
Ayer era una línea definida
el horizonte que tocaba el cielo,
mientras hoy, con la vida ya vivida,
escudriñas aquel antiguo anhelo,
y encuentras esa línea desvaída.
Te quedas más clavado contra el suelo
y pides que mañana el sol remonte
y perfile de nuevo el horizonte.
Torrevieja,
9 de noviembre de 2012