Barón - Poesía

Levitando en Moncloa

Me aplauden, luego existo, elucubraba
con diecisiete miembros y miembrillas,
todos de pie, cayéndoles la baba,
cantando que había hecho maravillas.

Sólo uno, sentado y a hurtadillas,
sonreía por dentro y no aclamaba
al pedazo de ego que flotaba
levitando sobre el suelo, mesa y sillas.

«¿Y ése no se levanta por maldad?
¿no pica como todos el anzuelo?
¿no se entrega ante mi grandiosidad?»

Y el discordante piensa: «yo no muelo
en el molino de su Majestad,
porque antes ya lo conocí ciruelo»

Cizur Menor, febrero 2019