Barón - Poesía

Los escopeteros también lloran

Don Escopetero descubre que las termitas han invadido las vigas de su casa de Seignosse, por lo que proyecta pasarse al aluminio. Mas el astuto invasor le depara otra desagradable sorpresa.
¿Encontrará don Escopetero una solución?.



Acto I

Don Escopetero y la Maribelica contemplan preocupados las vigas invadidas por los bichos.

Don Escopetero:
¿Qué ese bicho que asoma
ahí arriba en esa viga?
Es enorme para hormiga,
pequeño para paloma.

Maribelica:
¿Qué te pasa, estás de broma?
¿No ves que tiene seis patas?
Ignorante te delatas
si no sabes que es carcoma.

Don Esco:
¿Carcoma? ¿Tiene parientes?

Maribelica:
Tiene parientes a miles,
y como no la aniquiles
nos comerá las maderas
con sus afilados dientes.
… Y tú, casi, ni te enteras.

Don Esco:
Pues mira mi raciocinio:
si tanto les gusta el pino
de mis vigas y barandas
las pondremos de aluminio,
y no habrá en todas Las Landas
una idea con más tino;
conseguiré su exterminio
privándolas de sus viandas. (ríe vengativo)

Maribelica:
¿Las barandas? No está mal.
Mas ¿qué pasa con tu aspecto?
¿tú crees que eso es casual?

(La cara del Escopetero empieza a parecerse a
la de una talla de ángel del s.XVI, algo comida
por la carcoma)

Don Esco:
Es un cambio “angelical”,
y empieza a tener efecto
en el cuerpo y en la cara.

Maribelica:
Te la veo un poco rara…

Don Esco:
¿No será que la carcoma
se ha colado de rondón
en mi cuerpo sandunguero,
aprovechando un bujero,
con atrevida intención?

Maribelica:
Pues ¡vaya con la invasión!
A que no es un bicho solo
que te ha entrao por el gladiolo.
Ya será una procesión…

Don Esco:
¡Qué terrible vaticinio!
¡comido como madera!
¿me cubriré de aluminio?
...barrenado y angustioso
el destino que me espera…
o ¿cabe un final glorioso?

Pues alcanzaré la Gloria
en el banquete del Cielo,
y, aunque en eso soy profano,
ha de ser un gran consuelo
poder salvar una mano.
(y sonriendo por bajinis)
¡La derecha, del abuelo!.
(a la talla del ángel le crece la mano derecha).
Una mano angelical
con cierta vena pagana,
magnífica, colosal,
como una pala cristiana.

Y ya tengo la receta:
para parecer humano
no me basta con la mano,
¡necesito la escopeta!

Acto II

En el que el guarda del coto interpela a don Escopetero, que va camuflado bajo una gran pamela coronada de tomillos, espliegos y unos cardos borriqueros..

Guarda:
¡Oiga usté, el de la pamela!
Que aquí soy la autoridá
y a mí nadie me se cuela;
dígame usté la verdá:
¿es usté tía… o es tío?

Don Esco:
Mire usted, mi general:
esto es cosa del estío
y de que soy delicado
como flor de invernadero;
por eso llevo sombrero.

Y me he puesto este tocado
con un cardo borriquero
pa que vengan las perdices
creyendo las infelices
que aquí hallarán merendero.
...Pero soy tío, y muy tío,
aunque sea hipocondríaco,
atrabiliario y sombrío.

Y ¿dirá que soy maníaco
si le cuento que un amigo
se enfrió de una corriente
y yo, al domingo siguiente,
salí a cazar... con abrigo?.

Acto III

Este acto ha sido eliminado por la censura, por explícito, ya que don Escopetero se ve obligado a mostrar al guarda la matrícula que lo acredita como tío con licencia para matar.

Fin

Nota.-

En la sección Presentaciones, está disponible esta comedia en Power Point, con imágenes originales de protagonistas, termitas, ángeles y pamelas.