La posteridá
Junio 2010
Los Pajes de Tafalla formaron un conjunto musical muy famoso en la zona a Maximiliano, Rosendo y Carlos Catalán, con quien algunos de nosotros llegamos a convivir cercanamente. Carlos tenía una hojalatería en la placeta que llamábamos de las Pulgas, donde está hoy la Caja Rural; y, además de la hojalatería, tenía también unos cuantos hijos. Entre ellos, María, madre de Carlos Solchaga, y Jesús, que, por casamiento, pasó a ser mi querido tío de la infancia. El abuelo Carlos era guitarra del grupo y letrista, con algunas tan sabrosas como este par de muestra:
Una vieja y un
candil;
tengo dos
diablos en casa:
la vieja por
lo que gruñe,
el candil por
lo que gasta.
O esta otra:
En esta calle
que entramos
vive la "desquihacerada",
que tiene los codos rotos
de asomarse a la ventana.
Sin ninguna duda, fueron los jefes del cotarro
verbenero en toda la merindad y nadie les hacía sombra. Según las
necesidades, el conjunto era reforzado con la incorporación de
consagrados instrumentistas, también locales, como Manolín, el Cuco,
Tururú y algún que otro distinguido colega. Tiempos todavía en los
que la música no estaba enlatada ni pasada por la modulación digital.
Sus creaciones sonoras eran naturales, silvestres e indómitas; con total
naturalidad nacían y morían en el mismo instante, y sólo una parte
infinitesimal de su producción sonora satisfacía su vocación fecundativa
en alguna trompa de Eustaquio (al espermatozoide le pasa lo mismo en su
enardecida carrera hacia las de Falopio).
En la jerga de los
ecólogos, este comportamiento natural tiene un nombre: estrategia
reproductiva r. Consiste ésta en una gran prodigalidad genética compensatoria, allá donde se
da una alta tasa de mortalidad. El polen que sueltan los pinos, las
algodonosas semillas de los álamos, los millones de huevos que ponen
ranas, los bacalaos; de modo que un largo etcétera de seres vivos se ha
apuntado a esta estrategia. Otros han optado por el modelo k, que
está en lo opuesto: el elefante, la ballena y parecidos mamíferos, para
mantener el equilibrio de la especie sólo necesitan un descendiente cada
varios años. La estrategia r no deja de ser un colosal
despilfarro de energía, una orgía de la abundancia; por poner un ejemplo
que viene a mano (es un decir), un hombre produce unos cien millones de
espermatozoides al día (mil por segundo). Cada bichín de ésos tiene una
cabeza llena de ADN y un cuerpecito repleto de mitocondrias, que son
auténticas baterías de energía.
Los Pajes dieron un giro a su estrategia
r y aceptaron enlatar sus ondas sonoras con La voz de su amo.
Grabaron sus dos primeros y últimos discos en Madrid con la ilusión de
los pioneros del May flower, y cuando de vuelta en Tafalla les
preguntaban que qué habían ganado con la aventura del vinilo, respondían
muy enfáticos: “nada, pero amos pasáu a la posteridá”.
Y hoy, aquí,
en estos campos desolados,
tierras que fueron ayer de pan traer
y hoy sólo son mustio collado,
fértiles territorios hoy en día,
por turbas socialistas calcinados,
en loca y ciega huída hacia adelante,
detrás de guías ultra-keynesianos.
En estos campos, pues, dilecto amigo,
donde la estrategia r ha fracasado,
he pensado poner con toda prisa
mis cromosomas literarios a resguardo:
que la "posteridá" así lo exige,
y tú ya te me has adelantado.
Y si pinchas en esta dirección,
podrás ver los tesoros del Barón:
www.elbaron.es
Vale