Barón - Epístolas

Circunstancialidad

Marzo 2014

La aparición de nuestro amigo Agrícola en escena está produciendo un notable incremento de la gravedad de los temas tratados en nuestra correspondencia , lo cual no deja así mismo de ser grave; ya sabemos lo que Chesterton pensaba acerca de la gravedad y cómo le fue al diablo.

Un día sí y otro también Agrícola nos lleva al terreno de las grandes preguntas, donde se juegan las grandes ligas de la ontología, la metafísica, las creencias y la fe. Él parece haberse criado a los pechos de Platón y tiene a la naturaleza como expresión o reflejo de la Belleza que sustenta y preside la creación desde el mundo perfecto de las formas. Belleza y Verdad son invariablemente invitadas de honor en sus parlamentos y disquisiciones, lo mismo que la Alegría y el Gozo de vivir. Esos parlamentos están dejando sobre el tapete sin resolver asuntos de suma gravedad que tendríamos que ponernos a dilucidar sin más demora.

Hoy quiero poner a tu consideración solo una de esas cuestiones peliagudas, cual es la de nuestra propia esencia, y me gustaría que te plantearas, tú ahí, por tu lado, si tu condición humana es la propia de un animal venido a más o más bien la de un alma venida menos. Si optas por ser animal dotado de autoconciencia y funciones intelectuales, es que consideras que tu capacidad intelectual es solo un producto de la física, como lo son la energía o la curvatura del espacio; y si decides que eres un alma al modo platónico de entidad celestial, prisionero momentáneamente en un cuerpo, es que te inclinas por el dualismo espíritu-materia como mundos diferenciados. El planteamiento que te hago puede reducirse a una simple afirmación entre estas dos: soy un cuerpo o estoy en un cuerpo.

Ortega lo dijo primero, luego lo repitió Gasset —y después todos nosotros— que cada uno es cada uno junto a su circunstancia, con lo que, lo mires por donde lo mires, solo eres una circunstancia. Si has optado por ser un cuerpo, eres entonces la circunstancia, el entorno en el que se dan esos fenómenos electroquímicos que te hacen pensar que eres un ente individualizado que emerge de la materia, pero en definitiva eres circunstancial. Y si te piensas alma prisionera en una cárcel terrenal, tu cárcel es tu circunstancia, con lo que nadie te libra de ser un ente circunstancial, sea lo que sea que ello signifique, mi querido colombroño.    Vale