Barón - Bitácora
23 mayo 2019

¡Albricias! Tengo que bajar luego a las catacumbas a pasarle a ese gusano por el morro esta gran noticia. ¡El castillo tiene por fin su Mayordomo! El puesto estaba vacante y lo he concedido ipsoflauto, dado el solvente curriculum del solicitante. He aquí el texto recibido:

Para     El Barón de Münchhausen
De:         F Javier Sánchez

Asunto:  Vacante de Mayordomo

Señor Barón,

Es así como había que comunicarse con Vuecencia, por emilio interpuesto, ¿no? Bueno, yo sólo quería darle la bienvenida, como supongo haría, antes de que entrase en escena ese descastado de Segismundo, la servidumbre en pleno, alineada con semblantes llenos de gozo en el zaguán y encabezada por vuestro fiel y decoroso Mayordomo.

La actitud de ese cavernícola que albergáis en vuestro castillo, refunfuñando contra quien generosamente permite su presencia, me parece tan lamentable como la de unos ciertos políticos a quienes estos días se está permitiendo salir de sus mazmorras y pulular a sus anchas por salones y pasillos de la Casa Común, ultrajando a todo/a el/la que se pone a su alcance. Si, como sucede con los padres de la patria, vuestra magnanimidad no os permite silenciar al desarrapado y deslenguado cual se merece, me atrevo a sugerir que deis voz también al circunspecto Mayordomo, que vuestro diálogo se convierta en triálogo, para así introducir un poco de mesura en vuestra interlocución.

Pensadlo, Barón, cuando hayáis descansado de tan largo viaje, pero sabed que desde mi ínsula se acatará cualquier decisión que toméis al respecto.

Mis respetos, Señor.

 

Este Mayordomo va a hacer una gran labor en la difícil tarea de poner en su sitio al indómito Segismundo. Ha ejercido en muchas manor houses, sitios de alcurnia, o, como diríamos por aquí, ha toreado en muchas plazas. Tiene mano derecha (ya está bien de alabar las habilidades de la izquierda), y sabe también forrarla con una especie de caestus de gladiador para sacudir estopa, como acabamos de comprobar con el zasca atizado a "ciertos políticos". Así, pues, Welcome to the Club, Javier!

 

Cambio de tercio, espigado del DN de hoy:

A poco observadores que seamos, podremos constatar que un buen mayordomo procura siempre estar en el lugar adecuado en el momento oportuno y, además de saber pedir voz, saber también poner oídos.

También del DN de hoy, ya que Osasuna subirá a la División de honor y con tan fausto motivo en lugar de ir a Javier fueron ayer a visitar a San Fermín, Oroz pone el dardo en la diana, como siempre.

 

22 mayo 2019 - Vías de escape

Necesito reposo y más meditación. Parece que sigo en el Cerro de la Fonseca, mi carcaj está vacío, ni una miserable flecha que lanzar para salir en pos de ella, truco de gran habilidad que usaba en mis salidas escapatorias contra los turcos. Hoy la práctica de escape es tan pedestre que me avergüenza, un baldón para un luchador como yo, embarnecido en el fragor de mil batallas. La Castellana hace puzles para evadirse (no quiero preguntarle de quién huye) en sus ratos de ocio, y yo he caído en el garlito como un memo. Sí, señor, lo confieso, me he convertido en buscador de detalles inverosímiles: una motita blanca en un cristal, un pelo en el hocico de un perro... ¡Señor! ¿Dónde ha quedado mi bizarra baronía?

Esta vez se ha pasado de rosca con un bicho de 2 000 piezas, y un metro de eslora, que nos ha dejado agotados, y a mí rogando al Cielo que encontremos formas de escape menos estresantes.

 

19 mayo 2019

(B = Barón;   S = Segismundo el eremita)

B   —¡Seegis! ¡Segismuundo! ¡He vuelto!
S   —¿Otra vez? ¡No es posible! Aquel miserable Barón murió. ¿Quién eres tú?
B  —Yo soy tu lobo, desgraciado, el puto amo del castillo, y vengo a tomar posesión de lo que me pertenece. Además, también te pediré cuentas si me parece. Faltaría plus.
S   —¿Sigues, pues, igual de fanfarrón de baratillo? ¿Ahora farfullas el francés macarrónico? ¡Miserere mei, Deus!
B   —Macarrónico tu padre, monaguillo de sótanos y oscuridades. Il ne manquerait plus que cela!. Ahí tienes mi francés académico, que aprendí cuando el turco, cuando para infiltrarme en sus filas tuve que hacerme pasar por ciudadano francés. El día que yo te cuente todas mis hazañas te pondrás verde y reventarás de una vez para siempre, lagartija escuálida.
S   —Pero tú estabas muerto...
B   —El muerto que vos matáis goza de buena salud, jajaja. He pasado estos años en Fonseca y ahora he vuelto, así de simple, enano.
S   —¿Tú en la Universidad, pedazo de adoquín?. A ti no te dejan entrar allí ni a barrer el paraninfo.
B   —No, Segis, que no. Estos años he estado en el Cerro de la Fonseca. Meditando.
S   —¿Tú meditando, presuntuoso descerebrado? Esa noble actividad te está vedada, es algo metafísicamente imposible, una contradictio in terminis, un oxímoron.
B   —¡Y una moñiga de camello, un oxímoron! ¿pero qué dices tú, renacuajo atormentado, que cuando meditas en tus cosas tu ángel de la guarda se larga despavorido? Yo he meditado mucho en el Cerro de Fonseca sobre cosas positivas y he vuelto dispuesto a ser tu amigo.
S   —¿Mi amigo dices? Ya, eso le dijo el pescador al gusano, incluso una tarde le dijo: ¿te vienes conmigo a pescar, gusano?. Va de retro, Satanás.
B   —¿Ah sí? ¿Eso es lo que piensas? Pues tú lo has dicho, veo que sigues siendo un insignificante y despreciable gusano.
S   —Y tú un insoportable fanfarrón.
B   —Amén